Desde que hablé por primera vez con Cesar y Sonia, supe que iba a ser su fotógrafo de boda. Quería ser su fotógrafo de boda.

Nos citamos en el bar que regenta Sonia y Cesar a charlar tan solo un día antes del enlace. Ellos aun no sabían si iban a tener reportaje. Se casaban por amor, amor verdadero, amor autentico. Era imposible no ofrecerme para hacerles su boda.

El lugar sería la Iglesia Evangélica de Sevilla. Y allí mismo la celebración rodeados de familiares y amigos. ¿Qué más se necesita para ser feliz?

Cuando llegue a casa no pude contenerme y escribí esto en mi FB:

“Me gusta ayudar. Me gusta ver feliz a parejas que se van a casar. Me gusta poder ayudar a parejas que se van a casar.

Un boda es uno de los momentos más importantes de la vida en pareja. Un día que celebrarás toda la vida y que recordarás siempre.

¿Pero que hacer si el presupuesto es limitado?, de donde recortar y donde ahorrar.

Compraríamos un vestido más económico, un lugar de celebraciones más modesto, solo invitados cercanos, seria una boda muy íntima.

¿Pero contrataríamos a un fotógrafo? ¿Sería un gasto más a reducir?

Creo que lo único que ayudar a mantener vivo un recuerdo, aunque pase el tiempo, es una foto. Una buena foto.

La fotografía nos ayuda a recordar, nos transporta al lugar, al momento, a la sensación del instante fugaz pero perpetuo en nuestra memoria. Incluso los olores y sabores volveremos a disfrutar con una sencilla foto.

Hoy tengo cita con una pareja que se va a casar. Se casan por amor. Por una vida. Porque son felices. Porque no tienen dinero y no importa tenerlo.

Hoy voy a conocer a una pareja que se casan mañana y yo les voy a hacer su boda.

Me gusta ayudar. Me gusta ver feliz a parejas que se van a casar. Me gusta poder ayudar a parejas que se van a casar.”

Solo decir que enhorabuena por tu boda. Enhorabuena por el amor. Y enhorabuena por ser felices.